El solitario y melancólico Aurelio Jiménez subsiste lamentando los males que le ha deparado la vida. Cruzando las miserias de su cotidiano existir, un buen día concluye que llegó el momento de cambiar: si bien su especialidad hasta hace poco fue el manejo de documentos, mapas y planos en el archivo histórico, ahora transitará los vericuetos que le ofrece el noble oficio de panadero. Resignado con su nuevo destino, una madrugada, al regresar a casa, es testigo de un extraño incidente en el estacionamiento del edificio donde habita, acto seguido, el hallazgo de una hielera portátil naranja con tapa blanca, traerá el verdadero y radical golpe de timón que lo conducirá hacia una nueva y azarosa vida
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