El animal profeta . Antonio Mira de Amescua Fragmento de la obra Jornada primera (Sale Irene como que sale a un jardín.) Irene: Jardín hermoso y rico, que en belleza compites con aquél que celebra la antigüedad en Chipre; rosales, que en defensa de las rosas felices de espinas os armáis agudas y sutiles; hermosas clavellinas, vergonzosas de oírme, pues las hojuelas blancas de púrpura se tiñen; mosquetas olorosas que estrellas parecistes en cielo de esmeralda si hay cielo tan humilde; cándidas azucenas dignas de que os estimen por ricas, pues naciendo grano de oro ofrecistes; Artemisa gallarda, vistosos alhelíes, altivos girasoles, que del Sol fuisteis linces; sabed todas que Irene, que es la que aquesto os dice, palabras tan suaves requiebros tan humildes adora a Julián. Mas, ¿qué es esto? ¿Yo os dije tan guardado secreto? La verguenza me oprime que aunque la lengua calle los ojos lo repiten. Pero consolaráse mi pensamiento firme con pensar solamente que es el suceso insigne. Un papel me ha enviado y no he podido abrirle, por el temor de un padre que celoso me sigue. Vos, jardín, solamente sois testigo apacible; sed noble, y el secreto a nadie se publique. Aquéste es el papel; la nema rompo humilde y comienzo a leer discursos que así dicen: