«En casi diez años no volvimos a vernos. Nunca. Era una prohibición tácita pero tangible. Necesaria. Después de acabar la ronda de presentaciones y entrevistas, tuvimos que dejar de existir. Me obligué a no pensarte, a no atormentarme.»
Los amantes,Él y Ella, habitan siempre un mundo frágil que con frecuencia se resquebraja. Disfrutan, sueñan, temen, ríen y se reinventan. Pero en cuanto los sueños encuentran su tamaño, la vida les trae la cuenta. Y no sólo a ellos.Si losamores prohibidosson tandolorosos, tan difíciles, si hacen tanto daño, si no son aprobados por las reglas sociales, si atentan contra cualquier razonamiento y mil etcéteras, ¿por qué, entonces, son tan comunes, tandeseables, tan de todos los días? Algo, quizás el instinto, nos empuja abuscar emociones continuas, huyendo del paso lento de la vida cotidiana.«Beatriz y Federico construyeron un mundo literario que devela recovecos antiquísimos y también cotidianos de la condición humana del siglo xxi. De nuevo, exhiben el poder la literatura.» Del Prólogo de Federico Reyes Heroles.