En un contexto en que la relevancia de las ciencias sociales parece mermada frente al auge de otras áreas del conocimiento científico y tecnológico, esta obra aborda el papel central que ciencias como la antropología, la sociología, la economía o la ciencia política han desempeñado en la construcción de la nación mexicana, dando cuenta del camino recorrido por estas disciplinas en su búsqueda de reconocimiento institucional, autonomía intelectual y formalización de sus métodos y fundamentos teóricos. El punto de partida es un análisis del pensamiento social y político de la primera mitad del siglo XIX en el que se muestra cómo los pensadores sociales mexicanos interpretaron, en diferentes épocas, los problemas de su tiempo, a la vez que incidieron en la construcción de instituciones, leyes y políticas públicas.