Contemplar a Jesús con la mirada de María: esta es la experiencia interior de quien reza el rosario. En compañía y bajo la guía de aquella que, como Madre, ama más que nadie al Hijo, lo conoce mejor que ningún otro ser humano, ha escuchado cada una de sus palabras conservándolas en el corazón quien reza en la contemplación de los momentos más importantes de la vida de Nuestro Señor, se adentra en la profundidad del mensaje evangélico, lo asimila y lo medita hasta. A través de la oración del rosario, es como si María narrase quién es Jesús, su vida, sus palabras y sus gestos.