Una buena relación con la propia sexualidad es esencial para tener una vida plena y significativa. Pero nuestra sociedad, comercialmente orientada, ha convertido el sexo en un bien de consumo, un lugar común plagado de estereotipos que poco tienen que ver con la realidad. Presionados por esta imagen distorsionada, acabamos bloqueados y desconectados de nosotros mismos.