Los recientes avances de la historiografía, nutridos por una nueva concepción de lo político y por los estudios culturales, han insistido en el poderoso papel legitimador -para las comunidades de cualquier tipo, pero sobre todo para las entidades nacionales que se multiplican desde el siglo XIX- de las celebraciones y de los fenómenos conmemorativos. Estas manifestaciones insertan en el tiempo, en el orden de la Historia, su origen mítico, su existencia y su perennidad.El coloquio "1910: México entre dos épocas", cuyos textos se presentan en este volumen, no podía escapar al marco celebratorio que constituyó, tanto en México como en otras naciones-estados, el año de 2010.