La masonería nos despoja de nuestras nociones limitadas e intolerantes, afirmado, además, que la humanidad es el alma de la Religión. En nuestras logias como masones, no permitimos jamás las disputas sobre cualquier religión universal, La Religión de La Naturaleza, como adorable del Dios de Compasión, creemos que quien le teme y trabaja con rectitud es aceptado por El. Reconocemos como hermanos a todos los masones, ya sean judíos, cristianos, mahometanos, o de cualquier otra religión que no violen la ley de la justicia escrita por el Todopoderoso sobre las tablas del corazón, que no le teman, y que sigan el camino de la virtud. Y, aunque tomemos diferentes caminos, no nos perseguimos ni odiamos. Todos trabajamos en el mismo lugar; todos conocemos que el fin de nuestras jornadas será idéntico, y todos esperamos encontrarnos en la Logia de la felicidad perfecta. ¡Cuan bella es una institución que atesora tan hermosos sentimientos! ¡Cuan agradable debe serle a quien está sentado en el trono de la Compasión Eternal!.