La arquitectura, incluso antes de concebirla, es una roca erosionada por todos los factores circundantes: el contexto natural, la memoria y su historia, las dinámicas urbano-sociales, las tradiciones culturales, las circunstancias político-económicas y las innovaciones tecnológicas. Si respetamos todos estos factores podemos crear espacios habitables con arraigo. Desde tiempos remotos, la arquitectura ha sido considerada como la intención de construir el refugio del hombre de una manera artística, no nada más ladrillo sobre ladrillo sino la mejor forma de acomodarlos.