Mediante una historia intimista, recurriendo al diálogo interno como una de sus principales herramientas, James Nuño, en su primera novela, retrata los temores e inseguridades de una generación que contempla asustada cómo las reglas con las que fueron educados ya no están vigentes. Ese mundo, su mundo, enferma y los obliga a descubrir, con terror y frustración, que tampoco están preparados para verlo desmoronarse, como desearon secretamente por mucho tiempo.