La ilimitada producción y mercantilización de las imágenes en la cultura contemporánea ha relegado el concepto de 'imagen' a una forma superficial, estilizada y efímera de representación artística y de comunicación visual. Sin embargo, las imágenes constituyen un vehículo esencial para la percepción, el pensamiento, el lenguaje y la memoria y, en el conjunto del imaginario que configura nuestras mentes, las imágenes poéticas y corpóreas se erigen como categorías fundamentales, puesto que son la raíz de toda expresión artística. En el ámbito de la arquitectura, las experiencias espaciales duraderas consisten precisamente en imágenes vividas y corpóreas que se han convertido en parte inseparable de nuestras vidas.