LA DIVINA COMEDIA Impresión bajo demanda

LA DIVINA COMEDIA

Código de artículo:
4396012757
ISBN:
9788413370583
Páginas:
262
Tipo de libro:
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La estructura física del Purgatorio es parecida a la del Infierno, con la diferencia de que Dante nos presenta dos figuras geométricas complementarias y opuestas; el Infierno es un embudo clavado en la tierra que termina con un tubo que lo pone en comunicación con una isla, que es el Purgatorio, situada al otro lado de la tierra, a las antípodas de Jerusalén, que tiene forma cónica y que se eleva hacia el cielo de manera uniforme. Como en el Inferno, también en el Purgatorio las almas están divididas según el pecado y la pena que deben descontar, y caminan por unos pisos circulares que, a diferencia del Infierno, donde el borde abierto de estos círculos mira hacia el interior, al precipicio de un obscuro báratro, en el Purgatorio, en un ambiente luminoso y confiado, tienen a un lado la pared de la montaña y al otro la ladera del monte que cae, bajo el sol, hacia abajo, hacia la ribera. Los pisos comunican el uno con el otro a través de unas escaleras esculpidas en la roca. Bajo el perfil histórico es de recordar que el Purgatorio, lugar de expiación de las penas leves después de la muerte, fue establecido en el Concilio de Lyon de 1274, donde se afirmó que los que murieron en la caridad de Dios con verdadero arrepentimiento de sus pecados, antes de haber satisfecho por ellos con verdaderos frutos de penitencia, serían purificados después de la muerte con penas purgatorias y transitorias. Dante tenía en ese año en torno a los nueve años y asistió jovencito a las vivas polémicas y debates que de inmediato surgieron. Los críticos de la Iglesia mantenían que esta nueva invención era originada por la necesidad de recaudar fondos para alistar una nueva cruzada, luego del fracaso de la octava cruzada en la cual participó el rey francés Luis IX el Santo, muerto prisionero de los musulmanes, en Túnez, en 1270 (cuando Dante tenía cinco años). En el Purgatorio Dante repite más veces que los fieles, en la tierra, pueden reducir la permanencia de las almas en el Purgatorio, independientemente de la cantidad de dinero ofrecida a las instituciones eclesiásticas tal como venía predicado oficialmente.

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