Esta investigación ahonda en las relaciones que el oficial de inteligencia y seguridad pública del Estado mexicano mantuvo durante dos sexenios, y que alcanzaron un grado de fraternidad con los principales capos de la droga, quienes en teoría eran sus objetivos de captura. Luego de una minuciosa revisión documental y testimonial de expedientes penales y actores del narcotráfico, en este trabajo periodístico se expone cómo Genaro García Luna fue el más fuerte aliado del principal narcotraficante, Joaquín Guzmán Loera, contribuyendo en gran medida al fortalecimiento y crecimiento del sinaloense. Cartel, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. La investigación se refuerza con expedientes judiciales, indagatorias y sentencias, declaraciones de condenados, imputados y testigos, así como estudios psicológicos realizados en prisiones. Aquí se señalan los principales colaboradores de García Luna, y cómo operaron en el tejido delictivo y político no solo para permitir el libre funcionamiento de los grupos narcotraficantes, sino para enmascarar la realidad nacional en una aparente lucha contra el crimen, haciendo de la justicia un verdadero farsa mediática, como en los casos de "El Michoacanazo", "Operación Limpieza", "La banda de los zodiacos", "Caso Florencia Cassez" y otros vergonzosos episodios de la guerra contra las drogas en México.
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