El objetivo de este libro no es solamente mostrar con comentarios del autor los fundamentos escriturísticos, tradicionales y eclesiales de la RCC, como movimiento de la Iglesia, sino hacer ver a todos los católicos y cristianos la enorme gravitación de lo carismático para la vida plena de la misma Iglesia y hasta para la unión de los cristianos como una voluntad pendiente de Dios que debemos cumplir. ¿Quién puede dejar de ver que esto mismo es tarea de toda la Iglesia y no solamente de un movimiento? La RCC como movimiento puede pasar, pero lo que jamás debe pasar en la Iglesia es la renovación constante en el Espíritu Santo y el uso pleno de los carismas pedido a toda la Iglesia, por el Concilio Vaticano II, además de estar revelado en las Escrituras y actuado en el libro de los Hechos. Esta distinción el autor siempre la ha tenido presente para mostrar mejor la riqueza que nos viene por la presencia operante del Espíritu Santo, a quien se le debe la misma adoración y gloria que al Padre y al Hijo, por tratarse de un solo Dios.
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