Concebir el reportaje como conciencia crítica de la época y no como mera transcripción de acontecimientos: allí debe residir la genuina grandeza del periodismo contemporáneo. Y a tal exigencia respondió en la primera década del siglo XX un periodista de The American Magazine, inscrito en la tradición de Mark Twain y John Reed, quien en 1908, al redactar MÉXICO BÁRBARO, supo proporcionarnos una de las más espléndidas, dolorosas descripciones de una dictadura, sus esclavitudes y su retórica de capataces ilustrados.