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Hasta la aparición de la televisión y, posteriormente, de internet, el cine lo fue casi todo. La frase No había para comer pero sí para ir al cine, simplemente constata una realidad. Nuestros padres o abuelos pasaron sus mejores ratos en esa sala semioscura en la que a veces hacían sus travesuras, e incluso conocían a la chica de sus sueños.Sin embargo, el cine que hoy conocen las nuevas generaciones poco tiene que ver con el de ayer, y si buscamos en sus entresijos nos decepcionaremos descubriendo que el 7º. arte a pesar de todo el glamour que conlleva, es el gran desconocido.La historia del cine nació con su propio invento como parte del progreso técnico, en plena Belle Epoque. Los nuevos inventos, las máquinas sobre todo, traerían el progreso y la felicidad al mundo, y entonces nació el Cinematógrafo como aparato técnico de física recreativa.Este libro-catálogo del MUSEO DEL CINE CARLOS JIMÉNEZ es un nostálgico recorrido por la historia del precine y del cine a través de las máquinas que le hicieron posible. Es una exhaustiva visita guiada al museo en la que se describe y detalla obra por obra, pero el autor, lejos de limitarse a ello, intercala entre sus páginas curiosidades, anécdotas, datos y episodios inéditos que amenizan su lectura.No en vano el autor ha sido durante medio siglo empresario o exhibidor de cine, conoce las interioridades del sector, y pretende a través de este libro, transmitir y conservar los diferentes ambientes cinematográficos vividos en otras épocas.Si a esto añadimos que, simultáneamente a través de los años, el autor ha logrado una de las mayores colecciones cinematográficas de Europa, podremos afirmar que su relato es una fuente fidedigna de datos, reflejo de la experiencia de toda una vida dedicada al cine.El cine es una fábrica de sueños y aquí tenemos sus máquinas.