"La noche tiene garras" es una salvajada. Relatos breves que gozan de la fuerza necesaria para causar asombro, estremecimiento, asco o hasta melancolía. En estos cuentos, cuando la noche parece desplazarse, no es el día luminoso y tranquilizador lo que se aproxima, sino la misma pesadilla recubierta por el manto nocturno.