Abra este libro y encontrará las delicias de la Ñora, una mujer, que como tantas otras, habita y se regodea en la perversión de lo casero. No le tenga miedo. Seguramente la encontrará muy parecida a usted misma, su mamá o alguna de su familia, porque estamos viviendo un momento poco brillante de la civilización y todavía se nos ocurre decir que es natural cuidar a cuatro hijos, atender una casa, no descansar ni en domingo ?sin cobrar?, como si no fuera más difícil que matar un cerdo a pellizcos. La Ñora es deliciosa, cínica, infame, simpática, entrañable y omnipotente. Una ves que la lea, no podrá vivir sin ella porque no tiene pelos en la lengua. La Ñora no tiene perdón de Dios. No lo necesita. Para eso se hizo esposa y madre, para ser todopoderosa.