Margaux, famosa directora de orquesta, decide, a sus casi 40 años, invitar a cenar a los hombres que han contado para ella. Es la ocasión de un balance, el momento de asumir los fracasos del pasado para saborear mejor su felicidad presente. Con lucidez, Margaux elabora un inventario de su vida amorosa, como lo haría sobre una partitura, cada uno de sus amantes aportando su cadencia.