Delacroix desarrolla las nociones de postura meditativa y de meditación intersubjetiva como maneras de introducir la atención plena en la relación paciente-psicoterapeuta. Afirma que, en determinados momentos, la terapia se convierte en un tipo de meditación al servicio de la toma de consciencia del paciente y, por consiguiente, del cambio. Una consciencia compartida en el aquí y en el ahora, que siente lo que pasa de un cuerpo a otro de manera invisible. Además, el autor, pionero en el desarrollo de la Gestalt en Francia, ilustra sus postulados con casos clínicos reales, lo cual ayuda a explicar de forma práctica cómo se da este proceso relacional.