En el libro, Braidotti muestra cómo precisamente la ética afirmativa está en la base de algunos movimientos de matriz neo-feminista. En efecto, son precisamente las «chicas malas» de las Riot Grrrls a las Pussy Riot, pasando por las cyborg-ecofeministas y las activistas antirracistas y antiespecistas las que inspiran modelos de subjetividad alternativos a aquellos construidos sobre el aislamiento.