Walter espera con ansias el futuro. Según un programa de televisión, habrá aviones miniatura que los niños podrán manejar y estacionar en el techo de sus casas. Sin embargo, un fantástico paseo en cama a tráves del tiempo le muestra a Walter que, si sigue tirando papeles y no se molesta en separar la basura orgánica de la inorgánica, el futuro será muy distinto de lo que él imagina.