En la casa o en la escuela, Lulú siempre tiene algo qué contar, a tal punto que no escucha a los otros. Además, por culpa de su habladera, tiene problemas para concentrarse en clase. Sus padres y su maestra intentan advertirle, ¡pero Lulú no puede controlarse! Hasta el día en que se da cuenta de que nadie la escucha...