Un aburrido día de verano, Ester y yo encontramos un abejorro muerto. Entonces se nos ocurrió abrir una agencia funeraria para enterrar a todos los animales muertos del mundo. La tarea de Ester era cavar. A mí me tocaba escribir los poemas. Y a Pepe, el hermanito de Ester, le tocaba llorar. Éramos, sin duda, los niños más buenos de todo el mundo.
Artículos relacionados
-
-25%
-
-25%
-
-25%
-
-25%
-
-25%
-
-20%
Vas a comprar el ebook "TANTOS ANIMALITOS MUERTOS (CASTILLO DE LA LECTURA)" deseas revisar tus datos de facturación
X
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información