Dentro del universo de discusiones inútiles, destaca la que defiende la existencia de una escritura feminista, la que escinde por géneros el arte de escribir. Harto estéril, diría yo, pues la literatura sólo puede dividirse en la buena y la mala. Autoras como Patricia Highsmith y Clarice Lispector nos han dado grandes muestras de que un texto, cuando es bueno, no precisa de categorías tan torpes. Puedo apostar que el libro que sostienes en tus manos, de la autora Alejandra Junco, hará que me des la razón.