El gigante Medio Angosto quisiera destruir todo un pueblo de un zapatazo, comerse muchos borregos de una sentada y acabar con el agua de los ríos de un trago, como lo han hecho todos los grandes gigantes de la historia... El problema es que Medio Angosto es pequeño, muy pequeño, el más pequeño de todos los gigantes del mundo. Así que, para ganarse el respeto de ellos, se lanza al mundo de los hombres para destruirlo y obtener al fin la admiración; pero una niña, un policía y un viejo que atiende una gasolinera, le harán pasar críticos momentos. Para salir adelante, no tendrá otra opción más que acudir a la grandeza de su corazón.